jueves, 29 de diciembre de 2011

Mi texto del #16 de SAUNA Revista de arte: "Paracaidistas en terrenos minados del arte", sobre los libros "La Purga", de Juan Filloy, y "Unos días en Córdoba", de Juan Terranova

Enlace directo a la nota en la revista SAUNA:
http://www.revistasauna.com.ar/02_16/06.html




PARACAIDISTAS EN TERRENOS MINADOS DEL ARTE

Congresos ficcionados y colectivas verdaderas bajo una lupa impiadosa

Sobre el cielo límpido, de un azul ostentoso y sin nubes, se recortan las siluetas de dos paracaídas en pleno descenso, inflados a todo velamen.  El aire es templado, cargado con el olor de la vegetación abundante. Clima agradable, primaveral. El sol acompaña la complacencia tibia del momento. Abajo, un suelo aparentemente inocuo y lleno de bellezas naturales, será el lugar donde estos dos paracaidistas vayan a poner el pie, una vez terminado su vuelo en caída libre.
No obstante, ninguno de los dos se engaña respecto a la dificultad que los espera: saben que, tras ese desborde de belleza y esa calma aparente, se esconden peligros letales, imposibles de detectar a simple vista. El riesgo a volar -pero en sentido inverso al reciente y en partes infinitesimales-, sin embargo, no los detiene.
Al llegar al piso ambos sacan sus cuchillos. Afilados como sus miradas y sus plumas. A pesar de la gran diferencia generacional, muchos hilos los conectan. Un nombre, una provincia, una profesión.
Actúan y despliegan sus preparativos sin mirarse, pero entendiéndose igual. Saben que están sobre campos minados. Pero ellos son como el Caballo de Troya.

Ayer no es hoy (1977):
Purga: Expulsión o eliminación de funcionarios, empleados, miembros de una organización, etc., que se decreta por motivos políticos, y que puede ir seguida de sanciones más graves. (Diccionario de la Real Academia Española: http://www.rae.es/rae.html)
Lejos de lo casual, uno de los tantos libros del escritor cordobés Juan Filloy se llama La Purga, cuyo centro son las artes visuales, sus actores y sus múltiples discursos; en el marco de una historia de ficción bizarra y fantasiosa.
 Aunque reeditado recientemente, fue escrito en 1977, y, como muchas de las obras de este original escritor argentino, se mantuvo en secreto hasta la década pasada.
Ahora bien, el hecho de que el libro esté escrito en los años 70, conlleva, ya desde el vamos, un reacomodamiento conceptual para el lector de hoy. Los artistas de la novela llaman a su arte contemporáneo, pero que, en el presente, viene a ser justamente el último coletazo de la Modernidad. En medio de una historia de corte Sci Fi y atmósfera delirante casi de Alfred Jarry, con una maquiavélica emboscada teñida de Congreso Mundial de Pintura como fondo, Filloy se las ingenia para hacernos un crudo retrato del mundo del arte de su tiempo que, decantando, resuena alarmantemente parecido al nuestro.
La historia, una ficción en formato de novela lineal que se desarrolla en una semana, se centra en el conflicto recién mencionado, y aprovecha para exponer sin anestesia la hoguera de  las vanidades del mundo de las artes plásticas. A poco de comenzado el relato, y describiendo la convocatoria al tal Congreso, Filloy se despacha con una lista de 300 y tantos movimientos/grupos artísticos, en los que mezcla sagazmente los productos de su imaginación con movimientos artísticos reales del siglo XX y todos sus “ismos” y “neos”. Y algunos disparates pensados para provocar la risa más irónica.
Siempre profundo y sarcástico, nos adentra en las diatribas personales de estos artistas que, lejos de cumplir con las expectativas del dictador que con trampas los llevó hasta esa isla casi virtual, convierten la “Conferencia Mundial” en emperradas defensas de egos intelectuales ya personales o grupales; terminando cada sesión en un maremágnum de insultos y chaturas muy lejos del concepto de lo “políticamente correcto”, tan apelable en nuestros días.
Viéndolo como crónica de su tiempo, el libro resulta una fuente de llamadas graciosas pero de profundo análisis sobre la problemática estética y conceptual en ese momento del siglo XX. Si bien el autor menciona a Joseph Beuys, por ejemplo, y al Arte Conceptual o al Povera como movimientos reales; los discursos giran siempre en torno a la pintura, y es éste un recorte que podemos entrever como una toma de postura del autor frente a las artes visuales, en un momento en que ya eran capital histórico los trabajos del grupo del Di Tella y del CAYC, entre otros. En realidad, la novela centra todo su conflicto en la antinomia pintura clásica-pintura nueva, ésa es su médula espinal; pero el absoluto talento de la historia, reside en que todas las estéticas, todas las escuelas, todos los postulados, son defenestrados y reivindicados al mismo tiempo. En la marea exaltada y colorida en la que nos vemos inevitablemente inmersos, todas las voces claman y justifican su legitimidad, a la que acto seguido sus detractores se encargan de vapulear y neutralizar por medio del ridículo, con lo cual, sabiamente, Filloy nos empuja a tomar partido, a levantar o bajar pulgares según el propio arbitrio. Cerrando la cortina sobre un circo grotesco y despiadado, ante el que no podemos permanecer indiferentes.


Hoy es hoy (2010):
Justo en el punto en el que Filloy termina su “purga”, Terranova la emprende con su versión remixada siglo XXI. Ahora sí, la mirada recorre instalaciones, video arte, performances. Lo relacional y lo conceptual, con eje en el espacio público como “galería”, son el terreno por el que se transita y que, con cierta ingenuidad de adolescentes, sentimos legítimo llamar arte contemporáneo (y con minúsculas). En este punto, el autor se hace una pregunta simple y lúcida: “contemporáneo de quién y hasta cuándo”.
El remix de Terranova sobre la labor incendiaria de Filloy toma, esta vez, formato de diario. Lejos de lo ficcional, la emprende con la realidad actual a pelo y en tono de crónica en primera persona. En esos cinco días que pasa en la ciudad de Córdoba, reflexiona sobre el arte y sus (no)límites, sobre los artistas y su (permanente) discurso y también sobre su propio lugar en el medio. Venido de las letras, y sin considerarse crítico de arte, muchas veces se auto cuestiona su lugar en ese evento al que fue invitado a presenciar para luego escribir el catálogo. Invitado y contratado, claro.
Un punto alto lo constituye aquel en que D´Angiolillo lo tilda (suponemos que en clave de chiste amistoso) de “paracaidista” y que él, de buena gana, no cuestiona, sino que piensa: “Crítica, verdad y paracaidismo”.
La mirada de Terranova es aguda, inteligente y sensible. Cruda. Alejada de pruritos estériles, de aquellos Do´s and Dont´s con los que estamos siendo re colonizados e invitados a digerir sin elaboración propia (fast food del pensamiento); y por eso mismo es que resulta vivificante. Dice lo que dice con el desparpajo del que es ajeno al medio, sin que esto le reste, sin embargo, un ápice de valentía e integridad a su discurso. Justamente, la distancia le da perspectiva.
No obstante, su mirada y su reflexión son reivindicadoras. Terranova piensa en el arte, se relaciona con sus producciones, se cuestiona los significados, sondea las profundidades… o la falta de. Esos momentos son los más ricos de su libro, donde, con verdadero amor al arte, interpela, bucea, desmenuza y señala.
En un medio en que, por sus mismas características intrínsecas, gravitan tanto la persona del artista, como su discurso, su CV, su aspecto físico y la manera en que se relaciona y se mueve socialmente, encontrar alguien que, en un opening, se dedique a mirar las obras en vez de darles la espalda para hacer sociales, resulta un verdadero refresco. Una promesa. Aquella que el exterminio masivo ficcionado por Filloy, no nos dejó.



“La Purga”, Juan Filloy, El cuenco de plata, 2006

“Unos días en Córdoba”, Juan Terranova, Editorial Nudista, 2011


Fotos por MARIANO SOTO

martes, 20 de diciembre de 2011

Preciosa reseña de Juan Batalla en Ramona Web sobre el encuentro de retratos organizado por Manguruyú Project (Mariano Soto y Dany Barreto)

Enlace directo a la reseña en Ramona Web:
http://www.ramona.org.ar/node/40764



¿POR QUÉ ME DIBUJASTE ASÍ?
por Juan Batalla

"Hay algo fatal en un retrato. Tiene vida propia."
(El retrato de Dorian Gray, Oscar Wilde)

Aunque nunca las hayamos experimentado personalmente, conocemos a través del cine el sistema relacional que configuran las multicitas, o speed dating. En ellas, con el marco de una noche de bar, cada persona tiene algunos minutos para descubrir a quienes se van situando enfrente.
¿Por qué me dibujaste así? chancea, ya desde el título puesto al encuentro, con la posibilidad de una sorpresa para el retratado en torno al abordaje que otro artista haya realizado acerca de él o ella. E imaginamos que las sorpresas no fueron pocas. Es probable que aquel de quien no lo pensaban haya captado algo que reconoce lo que está del otro lado de cada uno; y que se hayan encontrado afinidades y también gestado furias, al modo de lo que sugiere la pregunta del título.
Un poco al modo de las mentadas multicitas, dieciséis artistas se sentaron a lo largo de una mesa puesta en un patio, para retratarse unos a otros, rápidos y furiosos. Calculando quince minutos por retrato. Casi en silencio, con el fondo de rumbas  que luego se tornó tecno cuando bandejeó para los presentes DJ Mussa Phelps.
Manoamanos, a quemarropa se urdieron las imágenes que fueron colgados en cordeles tensados a lo largo del patio de este espacio de experimentación único por significación y método de trabajo. Carlitos Baragli, su ideólogo, también formó parte de la troupe retratista.
Luego llegaron los amigos y público que asistieron a esta primera presentación de Manguruyú Project, espacio nómade conducido por Mariano Soto y Dany Barreto.
Los dieciséis artistas que formaron parte del encuentro son poseedores, ahora, de quince retratos realizados por sus pares. Colección instantánea y peligrosa, ya que cualquiera intuye que un retrato siempre conlleva alguna clase de pacto con mandingas, casi más que con su autor. Por registro de un momento único, que certifica la fugacidad de la vida orgánica, y testigo de la química que se establece entre las personas, jamás repetible. He allí un desafío que el taimado tiempo venga.
Multiplicados por quince, quizá en semejante número actúen como talismán aun más poderoso que la pintura que realizó Basil Hallward para Dorian Gray. ¿Podrá abstraerse, alguno de los dieciséis pasajeros de la cita, de formular un deseo a la luz de sus retratos?








domingo, 4 de diciembre de 2011

Encuentro de retratos ¿Por qué me dibujaste así? en ThisIsNotAGallery, organizado por Manguruyú Project (Mariano Soto y Dany Barreto)

Manguruyú Project es un proyecto de gestión, investigación y exhibición de arte contemporáneo, coordinado por Mariano Soto y Dany Barreto.
Toma su nombre de un pez litoraleño, cuyo movimiento continuo de una punta a otra de la cuenca fluvial, lo utilizamos como metáfora de la condición nómade del proyecto, de su cambio constante de espacio y posiciones para alejarse del riesgo a la extinción. 

Carlos Baragli por Juan Giribaldi


En Manguruyú Project organizamos el pasado sábado 26 de noviembre, un encuentro de retratos entre artistas visuales llamado: “¿Por qué me dibujaste así?”, en ThisIsNotAGallery, Cabrera 5849, Palermo.
16 artistas retratándose unos a otros en trabajos rápidos, espontáneos; gestuales o racionales, pero siempre lúdicos. La propuesta era ver como se desarrollaba la experiencia del encuentro desde el lado de lo relacional; cómo funcionaba la dinámica de trabajo, como iba a ser la interrelación entre los artistas retratadores-retratados y, a su vez, como iba a funcionar el grupo de artistas en relación a los coordinadores, o sea, a Manguruyú Project…
El remate era colgar las 15 versiones de retratos de cada artista en la pared del patio de la galería, y luego brindar, escuchar los sets del DJ Mussa Phelps y celebrar el encuentro y el arte como nexo común. Además, cada artista se llevó sus 15 retratos, los cuales serán subidos a la web de Manguruyú muy pronto.
Estamos más que conformes con el resultado de la experiencia artística propuesta: buena energía, clima relajado y trabajo concienzudo a la vez (todos aplicaron las consignas estupendamente), hicieron de éste evento de un solo día una experiencia enriquecedora y un buen testeo para actividades próximas del mismo estilo.
Acá van algunas imágenes del proceso de trabajo, del evento nocturno y de los trabajos realizados.

El encuentro de retratos y montaje







El evento: muestra de los retratos, apertura al público, DJ Mussa Phelps y la proyección de las fotos tomadas durante el trabajo y de cada retrato.





Algunos trabajos:

Carlos Baragli por Luciana Rondolini y Gabriela Pino por Gabriel Baggio
Ramiro Oller por Josefina Carón y Charlie Goz por Guido Ignatti
Juan Giribaldi por Alejandro Tosso y Leonardo Cavalcante por Federico Lamas

Fotos por: Manu Maurino, Dany Barreto y Mariano Soto

jueves, 1 de diciembre de 2011

Nota sobre SAUNA revista de arte en Sentido G

Lucas Darko, que hace entrevistas para la revista Sentido G, estuvo con los saunos y salió este interesante -y elogioso- texto. Gracias Lucas por los conceptos vertidos! 


Link directo a la nota en Sentido G:
http://www.sentidog.com/lat/2011/11/sauna-revista-de-arte/